Jueves 31 de octubre de 2013
LA CAZA
(Jagten)(v.o.s.e.)
Dirección: Thomas Vinterberg.
País:Dinamarca.
Año: 2012.
Duración: 111 min.
Género: Drama.
Interpretación: Mads Mikkelsen (Lucas), Thomas Bo Larsen (Theo), Annika Wedderkopp (Klara), Lasse Fogelstrøm (Marcus), Susse Wold (Grethe), Alexandra Rapaport (Nadja).
Guion: Tobias Lindholm y Thomas Vinterberg.
Producción: Morten Kaufmann y Sisse Graum Jørgensen.
Música: Nikolaj Egelund.
Fotografía: Charlotte Bruus Christensen.
Montaje:Janus Billeskov Jansen y Anne Østerud.
Diseño de producción: Torben Stig Nielsen.
Vestuario: Mannon Rasmussen.
Distribuidora: Golem.
Estreno en Dinamarca: 10 Enero 2013.
Estreno en España: 19 Abril 2013
Festival de Cannes 2012: Mejor actor
Premios del Cine Europeo 2012: Mejor guión.
SINOPSIS
Tras un divorcio difícil, Lucas, de cuarenta años, ha conocido a otra mujer, tiene un nuevo trabajo y se dispone a reconstruir la relación con Marcus, su hijo adolescente. Pero algo va mal. Un detalle. Un comentario inocente. Una mentira fortuita. La nieve comienza a caer, las luces navideñas se encienden y la mentira se propaga como un virus. La sorpresa y la desconfianza crecen hasta alcanzar proporciones inimaginables, y la pequeña comunidad se sume en un estado de histeria colectiva. Lucas no tendrá más remedio que luchar en solitario para defender su dignidad y su vida.
LA CRÍTICA
“La caza” estremece en sus primeros planos y deja sin aliento en los últimos. Una película que corta la respiración, que cuenta con una excelente dirección de actores y con un gran Mads Mikkelsen.
«Una mentira puede destruir a un inocente», y así sucede desde el momento en que Lucas es acusado de haber abusado sexualmente de varios niños de la escuela en que trabaja. De la noche a la mañana, su mundo se desmorona cuando se le impide ver a un hijo cuya custodia perdió tras el divorcio, cuando sus amigos le dan la espalda y comienzan a evitarle, cuando sufre en el pueblo
un verdadero escrache que llega a una crueldad extrema. El espectador conoce en todo momento su inocencia, y también entiende los motivos que llevaron a la pequeña Klara (hija de su mejor amigo) a decir esa mentira que se propagó como la pólvora y que enturbiaría para siempre el ambiente del lugar.
La primera escena en que la niña pide ayuda a Lucas porque está perdida y tiene miedo de pisar las rayas del suelo, dice mucho del carácter frágil de uno y entrañable de otro y genera un clima de tensión que amenaza ya con tormenta. Resulta fácil ver la inocencia de esa pequeña que solo busca la seguridad y el cariño que no encuentra en casa (y que repite lo que oye), y también el desconcierto y desesperación de ese inocente culpable al que nadie da crédito y que sufre la soledad en silencio. Más difícil es comprender a esos adultos que son reflejo de una sociedad patológicamente hipersensibilizada en la que un gesto de cariño y atención a un niño es visto con malicia, en la que se presume el principio de culpabilidad ante la mínima sospecha o calumnia esparcida a los cuatro vientos. Porque una vez lanzada la piedra, la herida ya está hecha.
A lo largo de la trama, Vinterberg hace reiterados llamamientos a la conciencia de sus personajes y alienta sus remordimientos ante la injusticia que se está cometiendo (hasta el clímax alcanzado en la iglesia en Nochebuena, con una tensión que corta la respiración y una crítica a la hipocresía puritana de la comunidad), pero no todos responden de la misma manera porque la lucha entre la verdad y la libertad no siempre se decanta hacia el mismo lado.
En la película, hay trampa narrativa (el espectador sabe la verdad y lo observa todo desde fuera), y también encontramos giros dramáticos encaminados a la empatía emocional con su protagonista. En ese alejamiento y aproximación a lo que se nos cuenta radica el éxito de la cinta, siempre controlada en sus emociones por el director y por un gran Mads Mikkelsen, premiado en el Festival de Cannes de 2012. Desde su conmovedora interpretación y el potente efectismo dramático de la puesta en escena, se consigue que fijemos nuestra atención más en la inocencia del adulto que en la de la niña, y más aún en la negrura del corazón de unos vecinos que en un delito que nunca existió. Frialdad fotográfica, excelente dirección de actores (sobre todo con la niña Annika Wedderkopp), y un realismo y frescura que son herencia (lo poco que queda) del Dogma 95 del que Vinterberg fuera co-fundador.
El filme estremece desde sus primeros planos y deja sin aliento en los últimos, para hacernos ver la fragilidad de la vida y la facilidad para hundir a alguien en la nada, así como una ligereza y locura colectiva que no repara en el daño causado cuando se duda de alguien y se le ataca. Por eso, duele el linchamiento moral y físico al que someten a Lucas, pero más aún la ceguera de unos individuos que ni se conocen a ellos mismos ni conocen a sus niños.
PRÓXIMA PROYECCIÓN: 31 de octubre de 2013
TURISTAS de Ben Wheatley
Chris quiere mostrar a su introvertida novia, Tina, su mundo, y quiere hacerlo a su manera; en un viaje por las islas británicas en su amada caravana. Pero, lo que empiezan siendo unas idílicas vacaciones, acaban convirtiéndose en una divertida y perturbadora odisea.
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