domingo, 3 de noviembre de 2013

Programación especial CINE-CLUB "MÁS MADERA" martes 5 de noviembre 19:30h

 

La asociación "PAZ CON DIGNIDAD" en colaboración con el Cine-club "MÁS MADERA"  presenta:

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Martes 5 de noviembre 1930h

HACIA RUTAS SALVAJES

(Into the wild)(v.o.s.e.)

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Dirección: Sean Penn.
País:
USA.
Año: 2007.
Duración: 140 min.
Género: Biopic, drama, aventuras.
Interpretación: Emile Hirsch (Christopher McCandless), Marcia Gay Harden (Billie McCandless), William Hurt (Walt McCandless), Jena Malone (Carine McCandless), Catherine Keener (Jan Burren), Hal Holbrook (Ron Franz), Kristen Stewart (Tracy), Vince Vaughn (Wayne Westerberg), Brian Dierker (Rainey).
Guión: Sean Penn; basado en el libro "Hacia rutas salvajes" de Jon Krakauer.
Producción: Sean Penn, Art Linson y Bill Pohlad.
Música: Eddie Vedder, Michael Brook y Kaki King.
Fotografía:
Eric Gautier.
Montaje: Jay Cassidy.
Diseño de producción: Derek R. Hill.
Vestuario: Mary Claire Hannan.

SINOPSIS

Christopher McCandless, personaje real cuya historia narra la película, nació en 1968 en Virginia (EEUU) y su aventura originó una de las leyendas estadounidenses más contadas del final del siglo pasado. Tras graduarse en la Universidad, y empujado por el desencanto de su vida familiar y de la hipocresía de la sociedad, donó todos sus ahorros a una ONG y emprendió un viaje hacia lo salvaje, deshaciéndose de todo lo material y lo que de algún modo lo ataba a un orden (incluyendo la documentación personal). Su ilusión estaba puesta en un destino final, Alaska, y su objetivo era demostrar que un individuo podía llegar a vivir en la libertad más total. Se dice que tras conocerse la historia de Christopher, algunos otros jóvenes en Canadá y EEUU, corriendo mayor o menor suerte que McCandless, siguieron su ejemplo.

LA CRÍTICA

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HEY, BABE, TAKE A WALK ON THE WILD SIDE! (Lou Reed)

El viaje cinematográfico en pos de las huellas del idealista Christopher McCandless, ha terminado por convertirse, en sí mismo, en la razón de ser de esta singular road movie. Sean Penn declinó apaños y sucedáneos y se propuso, con admirable e inconsciente rigor, filmar cámara al hombro

en todos y cada uno de los inhóspitos rincones que en algún momento McCandless hollara en aquel bienio iniciático 1990-1992.

clip_image009 La película en sí acabó, irremediablemente, derivando en aventura per se, y sólo la pasión del descubrimiento palmo a palmo del legado humano y espiritual del heterodoxo aventurero, explica la triunfal transmisión del ideal de libertad acuñado, ante la incomprensión de la mayoría, por el malogrado McCandless. Penn se aplicaen la emulación "teórica" del ejemplo de su semihéroe, abrazando el culto a la Naturaleza como elemento motor del viaje detrás del viaje.

El actor-director norteamericano congenia con la filosofía asilvestrada y libérrima del personaje y, a la postre, viene a colorear un ambicioso retablo acerca de la identidad esencial del ser humano, de la mística del descarriado, del asceta, del asocial empujado por ideales mayores en la persecución de un objetivo casi espiritual vetado para la inmensa mayoría de los mortales. En tal sentido "Hacia rutas salvajes" se erige en hermoso canto a la fusión semiperfecta hombre-Naturaleza, emulando la cosmovisión salvaje de Werner Herzog. Y es que McCandless bien pudiera ser primo-hermano de Tim Treadwell, el hombre enamorado de los osos que el cineasta alemán inmortalizara en la excepcional "Grizzly Man". Excéntricos ambos, no exentos de contradicciones (Penn no elude los claroscuros de un personaje que abrazó su libertad sin restricciones a costa del incalculable sufrimiento de su familia), iconos de una cierto modelo de alternativa al materialismo de las falaces utopías de libertad consumista y, sobre todo, rendidos amantes de la libertad sin restricciones, compartieron destino el día en que la Naturaleza, a la que entregaron su vida, les traicionó y acabó segándoles la vida. Con o sin el referente Herzog en el horizonte, Penn resuelve con nota el dilema de la traslación a la pantalla de un testimonio que brota de anotaciones a pie de página, pensamientos cómplices con el viento, citas literarias y anhelos dibujados en papel con una narración sorprendentemente fluida que nada tiene que ver con las obstusas costuras de un biopic.

clip_image011 Estructurada en cuatro etapas -infancia, adolescencia, edad adulta y conquista de la sabiduría- correspondientes a las diferentes fases de ese viaje de dos años en los que McCandless vivió a su manera lo que otros viven en 90 años, "Hacia rutas salvajes" cuestiona los paradigmas culturales de estabilidad occidental, el determinismo de una filosofía de objetivos, prioridades y jerarquías que da preferencia a la cohesión social y que, en el empeño, sacrifica instintos y, sobre todo, el verdadero significado de la palabra felicidad. Pero por encima de todo Penn, que firma su mejor película como director hasta la fecha, abandera un humanismo no impostado basado en la certeza de una verdad silenciada por las culturas de la ortodoxia: hay tantos modelos de felicidad como personas que campan sobre la superficie del planeta.

Rehúye el oscarizado actor los moldes de la épica beatífica, soñando con la posibilidad de otro mundo, otros lugares y, fundamentalmente, otros valores, sin adornar la odisea con elixires de trascendencia. Penn, auxiliado por un Emile Hirsch arrollador, se deja llevar, no obstante, por el entusiasmo del viaje y, a la postre, acaba dando giros en círculo alargando el periplo más allá de lo necesario y recomendable. De no mediar semejante desliz, o su querencia desmesurada por el ralentí y algún que otro ardid marrullero de posproducción, "Hacia rutas salvajes sería cine de gran reserva.

http://cinebenalmadena.lacoctelera.net/

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